Una
vida en un poema de amor y mil canciones DESESPERADAS.
Estoy plagiando a
Neruda, lo se....seguro que no le importa.
A ella le gustaban las
canciones antiguas.....” La Falsa Moneda”.... escucha mientras
escribe este relato. Amante de los poemas breves , escritos en rojo,
en cualquier pedazo de papel.
Nació en Noviembre –
el mes de los difuntos – y parecía ser que su destino era cuidar
personas hasta el final de sus días ( de las de ellos). Lo hacia
encantada, nacida para ayudar....
Odiaba el frío,
siempre tenía frío. Todos se reían de ella...Que más da!!! El
frío, el hambre y el amor son libres. No tienen explicación.
Solitaria , cariñosa, buena madre, mejor esposa. Feliz a medias
entre cuatro paredes de oro....sus paredes.
Quiso ser médico (era
ambiciosa), pero no pudo ser. Se quedó en maestra ( muy orgullosa de
ello) y psicóloga. No sabía aún cuanta falta le iba a hacer esta
última carrera. Pelirroja, pecosa, bajita, delgada. Un torbellino de
energía... de fuego. Como su horóscopo Sagitario.
Isabel – el único
nombre que eligió su padre. Isabel: de origen hebreo, “consagrada
a Dios”. Mitad mujer, mitad niña... amiga de todos. Frágiles de
carácter, buenas pedagogas. Pero sobre todo, tiernas madres. Ya que
os la he presentado, paso a la historia.... resumida porque si no me
dan las uvas. Es toda una telenovela.
Deambulando
por las calles de Motril, como tantas veces, se encontró con un gato
y lo llamo: miso, miso.. ( a los gatos les gusta la “s”), le
lamió la mano y allí estuvieron los dos jugando un buen rato. Se
levantó del suelo y siguió su paseo sin rumbo. Sin saber como,
llegó a la puerta de la casa donde vivió con sus padres hasta el
día que se casó. Ahora tenía otros inquilinos que la ocupaban. No
pudo evitar que amargas lágrimas corrieran por sus mejillas. Echaba
tanto de menos su habitación llena toda de peluches y flores. Su
patio, sus violetas. Las violetas motrileñas, esas que huelen tan
bien!.
Se levantó del tranco
de su casa y siguió andando. Al día siguiente había “cole” y
su marido ya la estaba llamando para saber donde estaba… Echó a
correr cuesta abajo, con el toc toc de sus tacones como única
compañía. Llegó a casa jadeando ...y ¿quién la recibió?:
“Sparrow” (su gato).
Mientras prepara la
cena canta bajito (“ El día que nací yo... que planeta
reinaría”). Ropa, cena, cama ducha y a dormir. Bueno a dormir los
demás, porque esta pelirroja duerme poco. Dedica sus horas de
insomnio a deambular por la casa, a escuchar música, a escribir
relatos. No te cansas – le pregunta su hijo-. No tesoro, puede que
me harte pero no me canso. Dejaría de ser yo.
Ya casi está
amaneciendo Tarde ya para intentar dormir... así que café y
teletexto. Siempre veía amanecer así… Despierta a su hijo y a su
marido. Arregla la casa, una ducha y a la calle “de cabeza”. No
soporta estar encerrada. Le encanta el sol!!!
El segundo café en
cualquier terraza. “Un solo largo con hielo”, “por favor”. La
educación lo primero, faltaría más. La enseñaron bien sus
monjitas de la Presentación. Un paseo, algún capricho, ( si no
sirve para nada, mejor!!!). Y vuelta a casa. Se cambia de ropa, se
pone algo cómodo y a la tarea otra vez. Muchas veces se decía: “
Tanto estudiar para nada”. Pero no, le encanta estudiar y enseñar.
A ello había dedicado media vida. Sus alumnos decían que era la
Virgen de Lourdes.
Prepara la comida
mientras contesta los wassap y mira el face. Comen viendo la tele.
Ella odia eso . Se evade y ya está. Recoge la cocina, odia fregar
los platos, así que al lavavajillas. Ella siempre había pensado que
era tontería hacer lo que hacen las máquinas. “Al alba, al
alba”...otro capricho, no pudo ser. Otro capricho. Ya se me pasará.
Una siesta corta en el
sofá con su cojín amarillo. Isabel está cansada. Como siempre ha
dormido poco. Otro café y sus esmaltes de uñas mientras lee un
libro de tantos que tiene en su mesa de cristal. Busca en google su
canción favorita: “ No dudaría”, Antonio Flores. Prepara
meriendas, otra pelea. Este niño come tan poco... A veces lo odia.
Como ha cambiado. Recoge y a dar una vuelta corta. Tampoco su ciudad
da para mucho más. Café y cigarrillo...el único vicio que le
queda.
Su marido, bueno ya ex,
siempre le reprocha: “ Eres peor que las niñas pequeñas, siempre
tienes que comprar algo”. Ella lo mira y se sonríe. Veinticinco
años ya!. Toda una vida juntos....Nuevo cambio de ropa, una camiseta
vieja y poco más. ¡Odio la ropa, me pica todo!.
Y digo, anda ya niño!.
Sube la música para fastidiarlo: Amistades Peligrosas. Juegos
Peligrosos... Desde la cocina oye una nueva discusión. Intenta poner
paz, no siempre lo consigue. Y grita “ Es que en esta casa no puede
haber un día tranquilo?”. Sesión intensiva de wassap: “ buenos
días, buenos días”, “Buenas noches, buenas noches”. Se ríe
Isa.
Por fin a la cama. No
sabe muy bien para que, da mil vueltas y cae en coma. Eso es lo que
dice siempre. Estoy siempre tan cansada!!!. No sé de que le dice su
marido. Ella lo mira...si las miradas mataran ya hace tiempo que
estaría muerto.
Ahora
escribo yo. Isabel. Ya estoy harta de que hablen por mí. Soy
mayorcita para escribir lo que estime oportuno. Aquí estoy de nuevo.
Son las 5: 42: 14. Leyendo la última estupidez: “Aunque los
Ayuntamientos están saneados, hay que hacer un mayor esfuerzo”,
(no digo quien, se dice el pecado pero no el pecador ).
De nuevo espero a que
amanezca, me gusta la noche, el silencio y la oscuridad… Para
cuando ellos se levanten yo ya tendré casi todo hecho. Un día voy
a hacer la cama con ellos dentro... ganas me dan. Contra con tanto
dormir. Parecen mantas!!!.
Por fin es de día, me
voy a la calle por el segundo desayuno. La gente piensa que estoy tan
delgada porque me mato de hambre. Que va!. Mi madre decía que tenía
una solitaria.
Otro día, otra
oportunidad.
Y este es mi pequeño
gran relato. No sé si es bueno o es malo. En cualquier caso es la
verdad. La vida de una mujer que odia envejecer, a la que no le
gustan los ordenadores. Prefiero un lápiz y un papel. No necesito
más ( un pilot si es posible, me encanta su color azul- violeta). Es
una vida sencilla que no simple ( en Castellano no hay sinónimos
perfectos). Mi “profe”de literatura me enseñó bien. José
Carlos Rosales. A él le debo todo lo que sé, jamás falté a una
clase suya y eso que era los lunes a primerísima hora.
Y sin más se despide
Isabel- Isa para los amigos- la vida de una mujer complicada, rara,
egocéntrica pero tonta de buena. “ tonta- pava”, decía su
abuela. Como la echo de menos. Su casa era mi refugio cuando reñía
con mi madre. Esta pelirrojilla se va a la cama a soñar con París.
Adoro esta ciudad!
Au
revoir, no adieux. Es demasiado definitivo esto último.
FIN
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