martes, 19 de marzo de 2019


 
PEQUEÑOS GESTOS QUE DESENCADENAN GRANDES CAMBIOS

 
HOLA¡¡¡¡ Quiero expresar mi emoción de alegría y sorpresa en el día de hoy y compartirlo con vosotros.

Lo primero agradecer enormemente a mis compañeros y personal del hospital de día de Salud Mental por hacer posible estos grandes cambios tan positivos.


El martes pasado en terapia ocurrió algo muy bonito, y es que me salió del alma regalarle a una compañera tres anillos que yo llevaba puestos y no me quitaba ni para dormir. Para mi eran como unos amuletos, y el llevarlos puestos y poder mirarlos a cada instante, me recordaba tres grandes cosas que creo que nadie debe perder ni olvidar, y son: AMOR, FUERZA Y PAZ. Cada uno lleva grabado cada cosa.

Lo curioso que nació de mi el hecho de regalárselos a esta compañera porque creo que lo necesita más que yo, y por suerte yo ya los llevo grabados en mi. Ella no se lo esperaba para nada, de hecho ¡pensaba que estaba comparando el grosor de mis dedos con los de ella¡ cuando se dio cuenta de que se los estaba regalando se emocionó muchísimo y se fundió conmigo en un gran abrazo y agradecimiento. Al final de la terapia ella quiso compartir este hecho con todos y pronunció una palabra que le costó mucho decir: ¡ALEGRÍA¡ decía que hacía tanto tiempo que no la sentía, que incluso tuvimos que ayudarla a pronunciarla.


Me dijo quería compensarme y agradecerme este hecho con algo que a ella le gustaba mucho y además le recordaba a su querida hija del alma y su corazón, y era un búho. Hoy me lo ha traído y me lo ha regalado con mucho cariño, ha sido sorprendente, se trata de un magnífico llavero de búho precioso y colorido que ha hecho ella con sus propias manos a base de ganchillo. Para nada esperaba algo así.


Lo más sorprendente de esto es que este gesto que tuve con ella desencadenó unas cosas maravillosas que la hicieron feliz, esa felicidad la llevó a casa y la compartió con su marido, además tuvo que salir a comprar el material a su tienda de siempre donde la recibieron con los brazos abiertos, con alegría y sorpresa de verla después de tanto tiempo. Pero lo más importante es el deseo que tenía de traerme y entregarme el regalo y fue lo que hizo que viniera ese día a terapia, porque tuvo un incidente unos días atrás que la dejó muy desmotivada y sin ganas de nada y ha sacado FUERZA y MOTIVACIÓN para venir aunque haya sido sólo para entregármelo ¡GRANDIOSO¡.


La cosa no acaba aquí, me he llevado una gran y preciosa sorpresa por parte de otro gran compañero y es que el ejercicio que traíamos para hoy trataba de observar y describir una emoción, aceptarla, incluirla y darnos cuenta de para que nos sirve, y la que traía el era ALEGRÍA, se basó e inspiró justo en el acto que tuvimos la compañera y yo. Contaba y describía cómo se sintió de bien al presenciar ese acto de generosidad y alegría por parte de nosotras dos, que le había dado ilusión y fuerza, que le sirvió para ver y recordar que sigue habiendo gente buena en le mundo, que si se quiere se puede. Que hay humanidad, esperanza, generosidad y ganas de ayudar al prójimo. Que nada está perdido y que hay mucho por ganar y vivir.


Yo, de la gran sorpresa y emoción de escucharlo acabé sudando, sentí una gran satisfacción y felicidad, no pensaba que algo que hice casi sin pensar y que era un gesto tan pequeño pudiera provocar emociones tan buenas, tan positivas y mágicas, gracias mil compañeros por hacerme este regalo.


Y es que a veces nos olvidamos, estamos tan atrapados, centrados en nosotros mismos, en las cosas malas que no vemos las cosas tan buenas y positivas que tenemos a nuestro alcance. De como gestos y hechos tan pequeños puedan construir cosas tan buenas y grandes, que además de ayudarnos a nosotros mismos ayudamos a los demás, y que mayor satisfacción para uno mismo que el dar sin esperar nada a cambio y recibir estas grandes recompensas: ALEGRÍA, AMOR, FUERZA, ESPERANZA, MOTIVACIÓN…

Seamos los arquitectos con buenos cimientos de nuestra propia vida y no nos olvidemos de construir y dar a los demás, cuando una persona planta semillas puede recoger los frutos y cuanto mejor sea la semilla mayor será el fruto y la recompensa, no olvidemos que nunca estamos solos, y que a veces con al ayuda necesaria y sobre todo nuestro esfuerzo y fuerza se puede conseguir todo, todo tiene arreglo y no hay imposibles si creemos en nosotros mismos.
 
Infinitas gracias a mis compañeros y personal del Hospital de Día por aportarme, enseñarme y hacer posible estos grandes cambios positivos en mi vida, infinitas gracias por vuestro trabajo, esfuerzo, dedicación y gran paciencia y cariño.


Autora. M.C.H.


 

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