PEQUEÑOS
GESTOS QUE DESENCADENAN GRANDES CAMBIOS
HOLA¡¡¡¡
Quiero expresar mi emoción de alegría y sorpresa en el día de hoy
y compartirlo con vosotros.
Lo
primero agradecer enormemente a mis compañeros y personal del
hospital de día de Salud Mental por hacer posible estos grandes
cambios tan positivos.
El
martes pasado en terapia ocurrió algo muy bonito, y es que me salió
del alma regalarle a una compañera tres anillos que yo llevaba
puestos y no me quitaba ni para dormir. Para mi eran como unos
amuletos, y el llevarlos puestos y poder mirarlos a cada instante, me
recordaba tres grandes cosas que creo que nadie debe perder ni
olvidar, y son: AMOR, FUERZA Y PAZ. Cada uno lleva grabado cada cosa.
Lo
curioso que nació de mi el hecho de regalárselos a esta compañera
porque creo que lo necesita más que yo, y por suerte yo ya los llevo
grabados en mi. Ella no se lo esperaba para nada, de hecho ¡pensaba
que estaba comparando el grosor de mis dedos con los de ella¡ cuando
se dio cuenta de que se los estaba regalando se emocionó muchísimo
y se fundió conmigo en un gran abrazo y agradecimiento. Al final de
la terapia ella quiso compartir este hecho con todos y pronunció una
palabra que le costó mucho decir: ¡ALEGRÍA¡ decía que hacía
tanto tiempo que no la sentía, que incluso tuvimos que ayudarla a
pronunciarla.
Me
dijo quería compensarme y agradecerme este hecho con algo que a ella
le gustaba mucho y además le recordaba a su querida hija del alma y
su corazón, y era un búho. Hoy me lo ha traído y me lo ha regalado
con mucho cariño, ha sido sorprendente, se trata de un magnífico
llavero de búho precioso y colorido que ha hecho ella con sus
propias manos a base de ganchillo. Para nada esperaba algo así.
Lo
más sorprendente de esto es que este gesto que tuve con ella
desencadenó unas cosas maravillosas que la hicieron feliz, esa
felicidad la llevó a casa y la compartió con su marido, además
tuvo que salir a comprar el material a su tienda de siempre donde la
recibieron con los brazos abiertos, con alegría y sorpresa de verla
después de tanto tiempo. Pero lo más importante es el deseo que
tenía de traerme y entregarme el regalo y fue lo que hizo que
viniera ese día a terapia, porque tuvo un incidente unos días atrás
que la dejó muy desmotivada y sin ganas de nada y ha sacado FUERZA y
MOTIVACIÓN para venir aunque haya sido sólo para entregármelo
¡GRANDIOSO¡.
La
cosa no acaba aquí, me he llevado una gran y preciosa sorpresa por
parte de otro gran compañero y es que el ejercicio que traíamos
para hoy trataba de observar y describir una emoción, aceptarla,
incluirla y darnos cuenta de para que nos sirve, y la que traía el
era ALEGRÍA, se basó e inspiró justo en el acto que tuvimos la
compañera y yo. Contaba y describía cómo se sintió de bien al
presenciar ese acto de generosidad y alegría por parte de nosotras
dos, que le había dado ilusión y fuerza, que le sirvió para ver y
recordar que sigue habiendo gente buena en le mundo, que si se quiere
se puede. Que hay humanidad, esperanza, generosidad y ganas de ayudar
al prójimo. Que nada está perdido y que hay mucho por ganar y
vivir.
Yo,
de la gran sorpresa y emoción de escucharlo acabé sudando, sentí
una gran satisfacción y felicidad, no pensaba que algo que hice casi
sin pensar y que era un gesto tan pequeño pudiera provocar emociones
tan buenas, tan positivas y mágicas, gracias mil compañeros por
hacerme este regalo.
Y es
que a veces nos olvidamos, estamos tan atrapados, centrados en
nosotros mismos, en las cosas malas que no vemos las cosas tan buenas
y positivas que tenemos a nuestro alcance. De como gestos y hechos
tan pequeños puedan construir cosas tan buenas y grandes, que además
de ayudarnos a nosotros mismos ayudamos a los demás, y que mayor
satisfacción para uno mismo que el dar sin esperar nada a cambio y
recibir estas grandes recompensas: ALEGRÍA, AMOR, FUERZA, ESPERANZA,
MOTIVACIÓN…
Seamos
los arquitectos con buenos cimientos de nuestra propia vida y no nos
olvidemos de construir y dar a los demás, cuando una persona planta
semillas puede recoger los frutos y cuanto mejor sea la semilla mayor
será el fruto y la recompensa, no olvidemos que nunca estamos solos,
y que a veces con al ayuda necesaria y sobre todo nuestro esfuerzo y
fuerza se puede conseguir todo, todo tiene arreglo y no hay
imposibles si creemos en nosotros mismos.
Infinitas
gracias a mis compañeros y personal del Hospital de Día por
aportarme, enseñarme y hacer posible estos grandes cambios positivos
en mi vida, infinitas gracias por vuestro trabajo, esfuerzo,
dedicación y gran paciencia y cariño.
Autora.
M.C.H.
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