OBJETIVOS SMART . ¿Y
DESPUÉS QUÉ?
¿QUEREMOS
VOLVER A LA MISMA VIDA DE ANTES DEL CORONAVIRUS? ¿O QUEREMOS
MEJORARLA?
Se
acerca, esperemos, la última etapa de aislamiento total, ya queda
menos, tenemos la esperanza de que poco a poco, de forma gradual se
vayan relajando las normas de aislamiento y podamos retomar nuestra
vida normal, ¿pero? ¿Queremos seguir con la misma vida que antes?
¿esta situación nos ha ayudado a valorar lo que realmente importa y
nos va a quitar miedos para afrontar retos y objetivos personales?,
¿es buen momento para cambiar todo aquello que no nos gustaba, que
nos producía malestar, que por diferentes motivos no iniciábamos?.
Desde
Hospital de Día creemos que esta situación puede ser una
oportunidad para cambiar aquello que no nos producía satisfacción,
de afrontar nuevas actividades y retos. De apuntarnos a clases, a
talleres, de empezar esas rutinas saludables que hasta ahora no
habíamos alcanzado, en definitiva, de mejorar nuestra actividad
ocupacional diaria. Si realmente quieres cambiar sigue leyendo, pero
sabiendo que necesitas estar motivado y que este planteamiento te
costará un tiempo y esfuerzo, pero que al final merecerá la pena.
Es
por ello que para esta semana os proponemos que reflexionéis sobre
esos objetivos. Pero para que tengáis éxito en estas propuestas es
recomendable hacerlo desde un convencimiento profundo y siguiendo el
método de los objetivos SMART, una técnica del campo de la
psicología que nos puede ayudar a culminar con éxito nuestras
propuestas. Fijar objetivos nos ayuda a darle una dirección a
nuestra vida y le confiere un significado. Tener metas nos da la
motivación y la energía necesaria para seguir adelante en el
camino.
Todos
tenemos sueños. Sin embargo, tener sueños no es lo mismo que
plantearse metas. Los sueños son deseos más o menos irrealizables
que guardamos debajo de la almohada. En cambio, las metas están
compuestas por objetivos, son más tangibles y normalmente nos
involucramos en su consecución porque las percibimos como algo que
podemos alcanzar.
Por
ejemplo, “Yo quisiera tener esa casa” es un sueño, un deseo
expresado de tal forma que solo la fortuna podría hacer que se
convirtiese en realidad. Algo muy diferente es decir: “Yo quiero
esa casa. A partir de mañana haré esto y aquello para conseguirla”.
Este es un objetivo y, si la persona da los pasos que se ha ido
planteando, al final del camino tendrá grandes probabilidades de
conseguir su meta.
En
resumen, el método
SMART es un
acrónimo de Específico
(Specific), Medible
(Measurable), Asignable
(Assignable), Realista
(Realistic) y Temporal
(Time-related) de
sus siglas en inglés. Un método sencillo, en donde una idea
fundamental es la fijación de submetas con el fin de alcanzar
objetivos a largo plazo.
¿Cómo
marcarnos objetivos para poder cumplirlos?
S
– ESPECÍFICOS.
Los objetivos deben
de ser lo más concretos posibles.
A
la hora de establecer tu objetivo tienes que entrar en todo lujo de
detalles. Ej.: conseguir trabajo, este objetivo debe traducirse en
varias acciones concretas que especifiquen como alcanzar dicho
objetivo, como por ejemplo: mejorar a nivel individual aspectos
prelaborales, académicos, elaborar un Currículum, apuntarme al
desempleo, acudir a oficinas de orientación laboral, inscribirme en
ofertas…
M
– MEDIBLES.
Cuando vas a llegar
y cómo vas a saberlo
Un
objetivo que no puede medirse no sirve, ya que no contribuye de una
forma cuantificable a alcanzar nuestras metas y, lo que es peor, no
podemos confirmar si se ha logrado o no. Ej. Quiero perder peso, eso
no sería medible, mejor pensar: quiero perder 10 kg, un kg cada 15
días.
A
– ALCANZABLES. Posibilitan las metas
Plantearse
objetivos inalcanzables no contribuye a nuestra planificación, más
bien contribuye a la desesperación y al abandono, ya que la función
de un objetivo es la de posibilitar una meta, no la de obstruirla.
Ej: quiero obtener el título de B1 en inglés en dos meses aunque no
se nada de ese idioma. Parece poco alcanzable, mejor plantear: quiero
apuntarme a unas clases de inglés en la academia que hay cerca de mi
casa.
R
– REALISTAS. Que se puedan “tocar”
Ser
irrealista a la hora de plantear un objetivo nos desmotivará e
impedirá que continuemos peleando por nuestras metas. Un objetivo
debe motivar, debe empujarnos hacia su logro, debe retarnos en los
momentos difíciles. Ej: quiero aprender a cocinar, esta noche
seguiré una receta de algún chef famoso, este planteamiento te
puede llevar al fracaso, mejor plantear el objetivo así: voy a
buscar recetas para principiantes y esta noche haré una receta
sencilla.
T
– EN UN TIEMPO DETERMINADO.
Trabajar
contra plazos es la única forma de romper la inmovilidad de un
objetivo eterno. Si un objetivo no tiene plazos marcados entonces es
un objetivo abierto y un objetivo abierto es un objetivo eterno. Por
ejemplo, si quieres retomar la lectura puedes pensar: todas las
tardes de 19:00 a 19:30, antes de la ducha, voy a leer este libro que
dejé hace tiempo y lo voy a leer este mes.
Para
ayudaros en esta reflexión os dejo dos guías que paso a paso nos
ayudan en la elaboración de estos objetivos. Papel y lápiz y a
mejorar nuestra vida después del aislamiento.
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